Sucedió en la primavera de 1509, en pleno reinado de los Reyes Católicos. La villa de Torrijos hacía más de diecisiete años que pertenecía al Señorío de don Gutierre de Cárdenas Chacón, Comendador Mayor de la Orden de Santiago, Contador Mayor de los citados monarcas.
Cárdenas había fallecido en Alcalá de Henares, el 31 de enero de 1503, y legado a su esposa doña Teresa Enríquez “La Loca del Sacramento”, una cuantiosa fortuna que la “Santa Señora de Torrijos” empleó íntegramente en innumerables fundaciones y obras piadosas. Y, de entre ellas, la Colegiata del Corpus Christi, destinada a honrar al “Amor de los Amores”.
Y, en verdad, los deseos de esta santa mujer quedaron fielmente reflejados en este emblemático monumento torrijeño, pues TODO ÉL, DESDE LA JOYA DE LA PORTADA OCCIDENTAL, PASANDO POR EL CORO, RETABLO MAYOR Y PORTADA DE LA SACRISTÍA MAYOR SON PRECIOSOS ACORDES QUE, AL UNÍSONO, COMPONEN ARMÓNICAMENTE UN CELESTIAL CANTO EUCARÍSTICO.
DATOS DE INTERÉSComienzan las obras: en abril de 1509 y Finalizan: en mayo de 1518.
Estilo: Gótico tardío o flamígero y renacentista.
Autores: los hermanos Antón y Enrique de Egas y el más ilustre hijo de la Villa de Torrijos, ALONSO DE COVARRUBIAS Y LEYVA.
Coste de la obra: 32.000 ducados de oro, más otros 12.000 empleados en ornamentos sagrados.
Fábrica: Mampostería completada con sillería en contrafuertes y zócalos.
Material: toba caliza, popularmente conocida como “piedra obreriza”, procedente de las canteras de la cercana localidad de Huecas.
Planta: rectangular o de salón, de tres naves paralelas cerradas por bóvedas de arista. La nave central es más alta y ancha que las laterales.
Arcos formeros y fajones: apuntados, salvo el de medio punto de la entrada de la Capilla de San Gil, el de la Sacristía Mayor y el trilobulado de la entrada al campanario.
Pilares: fasciculados.