Como cada 19 de mayo, desde hace más de 300 años, la imagen
del Stmo. Cristo de la Sangre salió de nuevo a las calles de la Villa de
Torrijos en procesión.
La imagen apareció por la puerta de
su capilla sobre las 21,10 horas, momento muy emotivo para todos los que se
congregan en el comienzo de la calle del Cristo. El himno de España y las
salvas de los cohetes sonaban entre los fieles devotos, así como los continuos “Vivas”
al Cristo.
El recorrido de la procesión siguió
por la Calle Ambrosio Ballesteros, Avenida de la Estación, Calle Manuel
Benayas, Plaza de España, Calle Mayor, Plaza de Doctor Cifuentes, Calle
Buenadicha, Plaza de San Gil, Carretera de los Molinos y Plaza del Cristo.
Ése fue precisamente uno de los
momentos más emotivos de la procesión, justo antes de su conclusión en el mismo
templo.
El silencio. Una gran sensación
de melancolía invadía los corazones de los cientos de torrijeños y vecinos
comarcanos que no se habían recogido a descansar, como queriendo prolongar
hasta el infinito este último momento. La última mecida.
El Santísimo Cristo de la Sangre
se encaminaba a su casa, a la capilla que lo cobija durante todo el año, a los
sones de la imprescindible “Saeta”, interpretada por la banda de música de
Torrijos. La solemnidad, el respeto y el silencio marcaban el movimiento de la
carroza. Desde la calle del Cristo, desde los Molinos, en toda la plaza, se distinguía
la imagen del Señor de Torrijos. Qué calma en el ambiente y qué explosión de
aplausos y “Vivas” al final de la marcha. Un giro perfecto y enfilado a la
puerta de su casa. La Marcha Real le despide. Se repitió el milagro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario