miércoles, 17 de octubre de 2012

UNA OPORTUNIDAD ÚNICA


Hace muy pocas fechas, en concreto el pasado mes de enero, cuando llegaba a nuestras manos la última Revista Cañada Real monográfica sobre nuestro paisano Diego Díaz de Castro y Ceballos, fray Diego de Torrijos, uno de los compositores de música sacra más importantes durante el reinado de Carlos II “el Hechizado”.

En portada, y también en el interior, quedaba reflejado su retrato gracias a una impresionante obra pictórica: “La adoración de la Sagrada Forma por Carlos II” de Claudio Coello, terminada en 1689, que se encuentra en la sacristía del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Es muy curiosa la historia de este cuadro, encargado por el propio rey Carlos II: en él se representa la adoración por el rey de la “Sagrada Forma”, una reliquia que vino al Monasterio de El Escorial en 1597 procedente de la Iglesia alemana de Gorcum. Este recinto sagrado había sido profanado por los protestantes y tras desvalijar la iglesia comenzaron a pisotear las hostias que había en el altar. Ante el asombro de los asaltantes una de las obleas comenzó a sangrar por los huecos dejados por las botas claveteadas de los soldados. La fama de esta hostia consagrada se propagó por toda Alemania y después de estar con varios propietarios acabó en Viena en el Palacio de Fernando Weidmer, capitán de los soldados del emperador Rodolfo II. Tiempo después sus descendientes lo trajeron a España.

Ésta sería la versión “oficial”, aunque existe una leyenda que insinúa que la profanación la realizaron las tropas del Duque de Medina Sidonia y que cuando uno de los soldados piso la Forma ésta comenzó a sangrar.

El caso es que, el rey Carlos II se vio obligado a construir el Altar de la Sagrada Forma por exigencias del Papa Inocencio XI como condición para levantar la excomunión que sufrían parte de los nobles que formaban la Junta de Gobierno, debido a la profanación del Duque de Medina Sidonia y sus partidarios de este Templo. Para completar la construcción de este Altar y evitar que en un futuro se produjeran otros atentados parecidos mandó al pintor de Corte, Claudio Coello, pintar un lienzo en el que apareciera el monarca mostrando una adoración excelsa a la Forma y a la vez sirviera para ocultar la hostia milagrosa detrás del cuadro.

Sólo dos días al año, el 29 de Septiembre (Día de San Miguel) y el 28 de Octubre (Día de San Simón y San Judas) se produce el milagro en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Tras una misa solemne a las 10 de la mañana se invita a los fieles que lo deseen a pasar a la sacristía de la Basílica para venerar la reliquia que tiene nada más ni nada menos que cuatro siglos de antigüedad. Cuando la Sacristía se ha llenado, delante de los ojos de todo el mundo el cuadro de Claudio Coello titulado como el mismo acto religioso La Adoración de la Sagrada Forma por Carlos II comienza a levantarse de manera mecánica, poco a poco, despacito, y en el centro aparece la custodia con una hostia consagrada en la que se aprecian tres marcas pequeñitas de color rojo. Tras unos minutos el lienzo comienza nuevamente a descender rodeado de la magnifica música de la Escolanía del P. Soler desapareciendo de esta manera de nuestros ojos.

Quedan pocos días para poder contemplar en directo a nuestro paisano fray Diego de Torrijos, a la vez que descubrimos uno de los hechos más curiosos que se producen en España: La Adoración de la Sagrada Forma en la Sacristía del Real Monasterio. Les aseguro que es espectacular, no se lo pierdan.

Domingo 28 de octubre,
a las 10 de la mañana,
Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

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