Desconocemos el lugar de nacimiento de Pedro Alonso de Riofrío, aunque se pudo producir en Torrijos hacia 1530. Muy pequeño se trasladó a Sevilla con su familia, donde estudió. Ejerció su labor pastoral en la parroquia de San Salvador de dicha ciudad hispalense.
Primo hermano de Francisco de Cebreros, quien envió la imagen del Santísimo Cristo de la Sangre desde México, vuelve a su pueblo hacia 1570 como abad de San Salvador de Sevilla para formar parte del cabildo de la Colegiata. Dos años después, en noviembre de 1572, aparece entre los fundadores de la cofradía de San Pedro y San Pablo en la parroquia de San Gil.
El 10 de Junio de 1573, nombrado por el duque de Maqueda D. Bernardino, tomó posesión de una capellanía en la Colegiata por muerte del capellán Diego de Torrijos.
El 14 de febrero de 1577, también nombrado por la marquesa de Elche, doña Juana de Portugal, tomó posesión de otra capellanía.
Hacia 1590 pasa al servicio del duque de Maqueda, don Bernardino de Cárdenas, en calidad de tesorero, permaneciendo en el cargo hasta 1601.
En el año 1598, al fallecer Francisco Martínez de Buitrago, capellán mayor de la Colegiata, es nombrado por el duque nuevo capellán.
El 12 de abril de 1605 otorga testamento ante Juan de Orozco, completado días después con un memorial.
Entre otras cosas encarga 1600 misas por su alma, dona a la Colegiata varias piezas de plata, el altar de su oratorio con el retablo, el relicario del “Lignum Crucis”, cuadros, donativos, etc.
Falleció en Torrijos, el día 22 de abril de 1605, “recibió todos los sacramentos” dice la partida de defunción. Fue amortajado con el hábito de San Pedro; acompañado en su entierro por doce pobres, seis cofradías y los cabildos de la parroquia de San Gil y de la Colegiata del Corpus Christi. “Enterrose en la iglesia del Sacramento”, en el lugar que dejó estipulado, entre la reja del coro y el atril.
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